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Qué es el mal de rutina en la conducción

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Actualizado el 09-04-2024

Sea de mañana, tarde o noche nuestra conducción por más rutinaria que se vuelva no puede hacernos caer en el exceso de confianza, de ahí la importancia no dejarnos afectar por el mal de rutina.

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Si en nuestra vida cotidiana pasa que quizás lo repetitivo aburre, cansa, ahora imagínese lo que es hacer lo mismo cuando se conduce.

El problema acá no es cambiar de hábito sino hacerlo de la manera correcta, pues desgraciadamente en ocasiones se toman decisiones equivocadas al volante.

¿Qué es el mal de rutina?

El mal de rutina en la conducción se refiere al fenómeno por el cual los conductores se vuelven menos atentos y más propensos a los errores debido a la familiaridad excesiva o la repetición monótona de la misma ruta o patrón de conducción

Este fenómeno del mal de rutina puede tener varios efectos:

Disminución de la Atención y Alerta

La repetición y la familiaridad pueden llevar a que el conductor se vuelva complaciente y menos consciente de su entorno. Esto significa que pueden no notar cambios o peligros en la carretera tan rápidamente como lo harían normalmente.

Aumento del Piloto Automático

En la rutina, los conductores pueden depender más del "piloto automático", es decir, realizar acciones de conducción de manera automática sin pensar conscientemente en ellas. Esto puede ser peligroso si surgen situaciones inesperadas que requieren una reacción rápida y deliberada.

Retraso en la Toma de Decisiones

La familiaridad excesiva puede llevar a una respuesta más lenta a las situaciones inusuales, ya que el conductor puede no estar tan mentalmente preparado para el cambio o la necesidad de tomar decisiones rápidas.

Aumento del Riesgo de Distracciones

Si la ruta es muy familiar, los conductores pueden sentirse más cómodos con la multitarea, lo que podría incluir el uso de dispositivos móviles, comer, o cualquier otra actividad que desvíe su atención de la carretera.

Fatiga y Aburrimiento

Conducir la misma ruta repetidamente puede ser tedioso, lo que puede llevar a la fatiga y al aburrimiento. Estos estados pueden disminuir la capacidad de reacción del conductor y aumentar la probabilidad de cometer errores.

Cuando un conductor no sale de esa rutina podría convertirse en un conductor negligente, sobre este tema puede ingresar aquí a otra nota de nuestro blog.

¿Cómo combatir el mal de rutina?

Para generar mejores hábitos se recomienda:

  • Cambiar las Rutas: Si es posible, variar las rutas habituales puede ayudar a mantener el cerebro estimulado y alerta. Descubrir nuevos caminos y entornos puede reducir la monotonía.
  • Tomar Descansos Regularmente: Durante viajes largos, es importante tomar descansos para estirarse, respirar aire fresco y refrescarse. Esto ayuda a mantener la mente despejada y reduce la fatiga.
  • Mantener un Buen Ambiente en el Vehículo: Asegurarse de que la temperatura dentro del vehículo es cómoda y que el asiento y los espejos están bien ajustados puede ayudar a mantenerse concentrado.
  • Ejercicios Mentales: Realizar ejercicios mentales, como pensar en un tema interesante, planear el día, o incluso practicar un idioma extranjero mentalmente, puede ayudar a mantener el cerebro activo.
  • Practicar la Conducción Consciente: Intentar ser consciente de cada acción mientras se conduce, como observar conscientemente el entorno, revisar los espejos con regularidad.
  • Establecer Metas de Conducción: Fijarse metas pequeñas y alcanzables durante el viaje, como mejorar la eficiencia del combustible o practicar técnicas de conducción segura, puede mantener la mente ocupada y comprometida.

Pero el cambiar de rutina no debe confundirse con pasarse de listo porque sino entraríamos al problema de homeostasis, para más información ingrese aquí.

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