Cómo aplicar la inteligencia emocional en la conducción

Conducir un vehículo no solo se trata de aprender o memorizar los cambios, señales o movimientos sino que también está mucho en juego la parte emocional, ya que no es lo mismo manejar con ira que manejar con calma.

Quizás por el trajín diario no nos damos cuenta de las reacciones negativas que tenemos cuando conducimos de regreso a casa y en el momento menos esperado eso nos puede pasar factura.

Hay un término muy popular, globalizado entorno a las emociones, que hoy día también se puede aplicar a la Seguridad Vial y se trata de la inteligencia emocional.

¿Qué es la inteligencia emocional?

A nivel conductual la definición nos la trae el psicólogo Daniel Goleman, quien indica que la inteligencia emocional es la capacidad del hombre o la mujer en descubrir las emociones propias, reconocerlas, manejarlas e identificar las de otros con el fin de poder gestionar nuestras relaciones a partir de ese conocimiento.

Si ese concepto lo trasladamos ya a la esfera de la conducción quiere decir que la inteligencia emocional nos avisa cómo reaccionar, si visceralmente, si nos detenemos o si actuamos por impulso.

¿Cómo aplicar la inteligencia emocional en la conducción?

La inteligencia emocional es una habilidad, es algo que se desarrolla, que puede adquirirse y se aumenta con la práctica.

Lo primero para poder aplicarla es conociendo nuestras propias emociones. Entonces si estamos hablando de la conducción tenemos que preguntarnos ¿Qué emoción es la que más nos perjudica para conducir?

Luego de aceptarla hay que hacer el esfuerzo para erradicarla sobre todo porque es negativa.

Por ejemplo, hay momentos específicos en carretera que nuestro comportamiento no es el mejor y peor si viene precedida por algún otro conductor. Tenemos que controlar nuestras emociones y no provocar al resto de conductores.

La inteligencia emocional tiene que ir dirigida a actuar con respeto y en apego a las reglas, a no poner en riesgo la vida propia ni de terceros.

Es primordial siempre tener una buena actitud. Para ampliar el tema ingrese aquí.

Recomendaciones

Para tener un sano control de nuestra inteligencia emocional podemos convertir en hábito algunos elementos:

• Previo a la salida en auto revisar que todo esté en perfectas condiciones, esto nos evita sorpresas y molestias.
• Salir con tiempo de anticipación, ya que si vamos tarde nos genera estrés.
• El llevar suficiente gasolina, buena música y un auto limpio pueden marcar diferencia para una inteligencia emocional positiva.

Y es que si tomamos el volante con una actitud positiva nuestra reacción ante alguna situación en carretera será la correcta.

Por eso no es aceptable que los conductores se anden peleando en vía pública por su forma maniobrar. En ese tipo de situaciones tiene que salir a relucir nuestra inteligencia emocional.

Si yo voy desde la mañana en auto cansado, estresado, preocupado, mi reacción en el volante podría generar dudas y un accidente, ya que el entorno para la conducción no es el mejor.

La inteligencia emocional nos ayuda a tener control sobre circunstancias que se dan en carretera.

Incluso con inteligencia emocional vamos adquiriendo madurez. Para más información al respecto ingrese aquí.

¿Por qué a veces falta control al conducir?

Se puede dar por dos aspectos, uno interno, que tiene que ver en cómo se encuentra el conductor, su estado anímico, si tiene problemas, está agotado, es algo más personal.

Y el externo que tiene que ver por cómo se encuentra el auto, las condiciones de la carretera o hasta del clima podrían incidir en que la persona no tenga el mejor ambiente para conducir.

No es fácil tener control como conductor, pero hay que hacer el esfuerzo para que las decisiones que se tomen al volante sean las correctas.

Y ojo tampoco hay que confiarse de que todo está bajo control, pues a veces cuando el conductor siente que tiene mucha experiencia deja de ser precavido y piensa que nunca le va a pasar nada en carretera.