La anticipación en carretera

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Actualizado el 23-10-2024

Sí se vale anticipar en carretera, pero con inteligencia, no podemos tomar una decisión si realmente no estamos seguros porque podría ser fatídica.

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Dentro de un manejo seguro la palabra anticipación es importante porque nos puede ayudar a interpretar lo que podría suceder en carretera en caso de que tomemos una buena o mala decisión. Claro está que también la anticipación podría ser también una maniobra que nos permita conducir más seguros en la vía.

¿Qué es la anticipación?

La anticipación en carretera es una habilidad clave para los conductores que consiste en prever situaciones de riesgo antes de que ocurran, con el fin de tomar decisiones adecuadas y evitar accidentes. Este concepto implica estar siempre alerta, observando no solo el comportamiento de otros vehículos, sino también las condiciones de la vía y los posibles peligros que puedan surgir.

Algunos elementos esenciales de la anticipación en carretera incluyen:

  • Lectura del entorno: Observar constantemente las señales de tráfico, las intersecciones, las curvas y cualquier otro aspecto que pueda influir en la conducción.
  • Comportamiento de otros conductores: Prever maniobras de otros vehículos, como frenazos bruscos, cambios de carril inesperados o errores comunes que puedan cometer.
  • Adaptación a las condiciones climáticas y de la vía: Tener en cuenta las condiciones del tiempo, el estado del asfalto o la presencia de obstáculos que puedan comprometer la seguridad, como baches o charcos.
  • Control de la velocidad y la distancia de seguridad: Mantener una velocidad adecuada y una distancia suficiente con otros vehículos para tener margen de maniobra ante cualquier imprevisto.

Esta capacidad de anticipación puede ser determinante para evitar colisiones, y es una competencia que se perfecciona con la experiencia y una conducción consciente.

¿Qué aspectos debo tomar en cuenta para anticipar en carretera?

Hay varios elementos a tomar en cuenta:

Visión y campo visual

Mirada a lo lejos: No solo se debe mirar el vehículo de enfrente, sino también observar lo más lejos posible para identificar cambios en el tráfico, señales, intersecciones o posibles obstáculos.

Ampliar el campo visual: Mantener una visión periférica para captar movimientos en los carriles adyacentes, peatones o ciclistas que puedan cruzar, y elementos laterales que puedan interferir en la conducción.

Observación de señales y marcas viales

Interpretación de señales: Estar atentos a las señales de tráfico (límite de velocidad, advertencias de curvas, cruces, ceda el paso, etc.) para anticipar lo que viene en la vía y actuar en consecuencia.

Marcas en la carretera: Notar los cambios en las líneas (continuas, discontinuas, etc.) o marcas de zonas peligrosas (pasos de peatones, zonas escolares) para reducir riesgos.

Atención a otros vehículos

Comportamiento de los conductores: Observar los vehículos cercanos para prever maniobras bruscas o inesperadas, como cambios de carril o frenazos. Analizar el comportamiento de camiones o autobuses, que pueden tener puntos ciegos y maniobras más lentas.

Luces y señales de otros coches: Estar atentos a los intermitentes, luces de freno o cualquier señalización que pueda indicar un cambio de dirección, de velocidad o un giro.

Condiciones de la vía

Estado del pavimento: Anticipar baches, charcos, zonas en mal estado, grava suelta, etc., que puedan causar pérdida de control o pinchazos.

Curvas y pendientes: Reducir la velocidad antes de entrar en curvas o al subir/bajar pendientes, teniendo en cuenta que la visibilidad puede reducirse.

Condiciones meteorológicas

Clima adverso: En situaciones de lluvia, neblina o viento fuerte, es esencial ajustar la velocidad y aumentar la distancia de seguridad, ya que la adherencia y visibilidad se reducen considerablemente.

Cambios repentinos de clima: Anticipar situaciones donde el clima cambie bruscamente, como zonas montañosas o cercanas al mar, donde la visibilidad puede empeorar de forma inesperada.

Es primordial las reacciones del vehículo: Sentir cómo responde el vehículo al acelerador, freno y dirección para anticipar cualquier comportamiento extraño que requiera atención, como pérdida de presión en los neumáticos o fallos en los frenos determinante para evitar colisiones, y es una competencia que se perfecciona con la experiencia y una conducción consciente.

Ahora bien si tomamos malas decisiones llevaríamos al vehículo a que impacte contra otros o hasta atropelle personas. Para conocer más del tema le recomendamos leer la nota: Cuáles son los choques más comunes en carretera.



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