De qué trata el síndrome de ira al volante

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Actualizado el 07-09-2022

Los seres humanos experimentamos emociones al volante en algunos casos un poco peligrosos. Ese enojo que nos provocan otros conductores hay que saber controlarlo para evitar problemas en carretera. Es momento de hablar de la ira.

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Cuando conducimos hay una serie de emociones que se desarrollan a veces sin que uno las llame o les tome importancia, como que salen al instante independientemente de nuestra personalidad. Una de ellas tiene que ver con nuestro carácter al momento de tomar el volante y salir a carretera con nuestro auto.

No cabe duda que un gesto o una palabra podrían ser determinantes para generar malestar o alterar la vía pública. Lo ideal sería evitar a toda costa algunas acciones que nos puedan meter en problemas.

¿Qué es ira al volante?

La ira es un sentimiento de enfado, de enojo, que en muchas ocasiones no podemos manejar, podría hasta tornarse peligroso por la reacción que se genera. En términos más sencillos, la persona está tan enojada que provoca acciones desproporcionadas y violentas.

Ahora bien, cuando estamos en el vehículo podemos experimentar el síndrome de ira al volante, que consiste en una reacción violenta o agresiva por parte del conductor, es decir, la persona pasa peleando mientras conduce y no mide las consecuencias de sus acciones.

¿En qué momento se desata la ira?

El síndrome de ira al volante viene precedido por la acción de otro conductor, quizás no nos gustó la maniobra o sentimos que alguien atentó contra nuestra vida. Entonces ahí la ira se desata y se presentan este tipo de comportamientos:

  • Se toca el pito del auto de forma violenta.
  • Se increpa al otro conductor utilizando palabras poco amigables e irrespetuosas.
  • Hay revanchismo.
  • Provoca un accidente vial.
  • Se infringen las leyes de tránsito.

Un ejemplo que se da muy menudo es que el conductor va por carretera tranquilo y resulta que en otro vehículo se realizan maniobras que exponen a los que convergen en la vía pública. El conductor al ver que su vida corría peligro desata su ira y persigue a la otra persona para gritarle todo tipo de improperios. Ha habido casos en que hasta se van a los golpes.

¿Qué parte de nuestro cuerpo es la que desarrolla la ira?

Está relacionado con nuestra amígdala cerebral, que procesa y almacena las reacciones o emociones, en este caso en la conducción. Es típico que cuando hay errores de cálculo, malas maniobras o irrespeto a las señales de tránsito el conductor saque toda su furia. Es comprensible que haya enojo, pero hay que controlarlo.

¿Cómo controlar la ira?

Primero que nada, es importante tener calma para asimilar este tipo de reacciones, hay que aprender a controlarse en carretera. Hay que preguntarse si realmente vale la pena pelearse con otro conductor.

Claro está que no es fácil asimilar que por culpa de otra persona se dé un accidente, pero antes de pelear o irse a los golpes es mejor preocuparse y extremar nuestra seguridad para estar preparados en el momento de estas situaciones.

No dejemos que un mal día de trabajo o el estrés dominen nuestro cerebro porque eso ayuda a que se desarrolle más rápido ese sentimiento de ira.

Hasta en los momentos en que se presenta por ejemplo una colisión no debemos salir del auto con la intención de agredir a otro, por el contrario, es ver cómo está la situación, hablar con la otra persona y buscar soluciones. Nada ganamos con insultar, golpear o generar en ese otro conductor también su ira. El desenlace podría ser peor.

Y si ya no podemos controlarlo y sucede una y otra vez por una mínima acción sería recomendable buscar a un profesional que nos ayude a manejar esta reacción. Lamentablemente en carretera hemos visto noticias en las que un conductor por su ira mata a otro a golpes o hasta con un arma.


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